13 Cosas que tus gallinas quieren que sepas
Las gallinas son unas de esas criaturas que, aunque parecen simples a primera vista, en realidad tienen un montón de cosas que decirnos. Si pudieran hablar, estoy segura de que nos soltarían una lista de demandas, sugerencias y, probablemente, algún que otro comentario sarcástico sobre cómo las tratamos. Pero como no pueden hablar (al menos no en nuestro idioma), hoy voy a ser su voz y te voy a contar 13 cosas que tus gallinas quieren que sepas. Así que si tienes gallinas o estás pensando en tenerlas, presta atención, porque esto es importante.
1. “No somos solo máquinas de huevos.”
Lo primero que tus gallinas quieren que entiendas es que no son simplemente máquinas que producen huevos. Sí, es cierto que ponen huevos (y qué delicia esos huevos frescos, ¿verdad?), pero reducirlas a eso es como decir que los humanos solo somos máquinas de respirar. Las gallinas tienen personalidad, emociones y necesidades que van más allá de su capacidad de poner huevos.
Si alguna vez has observado a tus gallinas de cerca, te habrás dado cuenta de que cada una tiene su propio carácter. Hay gallinas curiosas, otras más tímidas, algunas que son líderes naturales y otras que prefieren mantenerse en segundo plano. Les gusta explorar, tomar el sol, picotear cosas y, en general, disfrutar de la vida. Si las tratas como si solo fueran una fuente de alimento, te estás perdiendo la oportunidad de conocer a unas criaturas fascinantes.
Además, su producción de huevos no es constante. Hay épocas en las que ponen más y otras en las que ponen menos, dependiendo de factores como la luz, la alimentación y su estado de salud. Si esperas que pongan un huevo todos los días sin falta, te llevarás una decepción. Así que, por favor, no las presiones. Trátalas con respeto y entenderás que son mucho más que una despensa ambulante.
2. “Necesitamos espacio para explorar.”
Otra cosa que tus gallinas quieren que sepas es que necesitan espacio para moverse y explorar. Imagínate estar encerrado en un espacio pequeño todo el día, sin poder estirar las alas o curiosear por ahí. Suena aburrido, ¿no? Pues a las gallinas les pasa lo mismo.
Si las tienes en un gallinero pequeño o encerradas todo el tiempo, no solo se aburrirán, sino que también pueden desarrollar problemas de salud y comportamiento. Las gallinas son naturalmente curiosas y les encanta picotear, escarbar y rascar el suelo en busca de insectos, semillas y otras delicias. Necesitan espacio para hacer ejercicio, tomar el sol y, en general, disfrutar de su entorno.
Si es posible, dales acceso a un área al aire libre donde puedan deambular libremente. No solo será mejor para su salud física y mental, sino que también te sorprenderá lo entretenido que es verlas explorar. Además, si les das suficiente espacio, es menos probable que se peleen entre ellas, porque no estarán compitiendo por recursos limitados.
Y si no tienes un espacio grande, no te preocupes. Incluso en un área más pequeña, puedes enriquecer su entorno con cosas como perchas, rampas, juguetes y zonas de baño de polvo. Las gallinas son creativas y saben cómo divertirse, siempre y cuando les des las herramientas para hacerlo.
3. “Somos seres sociales.”
Otra cosa que tus gallinas quieren que sepas es que son seres sociales. No son animales solitarios; les encanta estar en grupo y formar vínculos con otras gallinas (y, si les das la oportunidad, contigo también).
En la naturaleza, las gallinas viven en bandadas y tienen una jerarquía social conocida como el “orden jerárquico”. Esto significa que cada gallina sabe cuál es su lugar en el grupo y, aunque a veces haya pequeñas disputas, en general se llevan bien y se apoyan mutuamente. Si tienes solo una gallina, es probable que se sienta sola y estresada. Lo ideal es tener al menos dos o tres gallinas para que puedan interactuar y sentirse seguras.
Además, las gallinas son capaces de reconocer a las personas y pueden llegar a ser bastante cariñosas si las tratas bien. Si pasas tiempo con ellas, hablándoles y ofreciéndoles golosinas, es probable que empiecen a seguirte por el jardín o incluso a acercarse para que las acaricies. Claro, no todas las gallinas son igual de sociables, pero en general, disfrutan de la compañía.
Así que, si tienes gallinas, tómate el tiempo de interactuar con ellas. No solo te lo agradecerán, sino que también te darás cuenta de lo gratificante que es tener una relación con estos animales tan especiales.
4. “El agua limpia es esencial.”
Imagina que tienes sed después de un día caluroso y lo único que encuentras es un vaso de agua sucia, con hojas, tierra y quién sabe qué más. ¿Te la tomarías? Probablemente no. Pues bien, tus gallinas piensan igual. El agua limpia no es un lujo para ellas; es una necesidad absoluta.
Las gallinas beben mucha agua, especialmente si están poniendo huevos. El agua les ayuda a digerir su comida, regular su temperatura corporal y mantener su salud en general. Si el agua está sucia o contaminada, no solo se negarán a beberla, sino que también podrían enfermarse. Y créeme, una gallina enferma es un problema que no quieres tener.
Así que, ¿qué puedes hacer? Revisa su bebedero todos los días. Límpialo regularmente para evitar que se acumulen algas, restos de comida o cualquier otra cosa que pueda caer allí. Si hace calor, asegúrate de que el agua esté fresca y no se caliente demasiado al sol. Tus gallinas te lo agradecerán con huevos más grandes y un comportamiento más activo.
5. “Somos expertas en detectar peligros.”
Las gallinas pueden parecer distraídas o incluso un poco tontas cuando están picoteando por el suelo, pero en realidad son unas expertas en detectar peligros. Tienen un instinto de supervivencia muy desarrollado que las hace estar siempre alerta. Si alguna vez has visto a tus gallinas correr repentinamente hacia el gallinero o esconderse bajo un arbusto, sabes de lo que estoy hablando.
Este instinto es un legado de sus antepasados salvajes, que tenían que estar atentos a depredadores como halcones, zorros y otros animales. Aunque tus gallinas vivan en un entorno seguro, ese instinto sigue ahí. Por eso, es importante que les proporciones un espacio donde se sientan protegidas. Un gallinero bien cerrado, con áreas donde puedan esconderse y perchas elevadas, les dará la seguridad que necesitan.
Además, si alguna vez notas que tus gallinas están más nerviosas de lo habitual, presta atención. Puede que hayan detectado algo que tú no has visto, como un depredador merodeando o un cambio en el ambiente. Confía en su instinto; ellas saben de lo que hablan.
6. “La comida es importante, pero no somos basureros.”
A todos nos encanta darles sobras a nuestras gallinas. Después de todo, parecen comerse cualquier cosa, ¿verdad? Pero aquí hay algo que tus gallinas quieren que sepas: aunque son omnívoras y pueden comer una gran variedad de alimentos, eso no significa que debas darles cualquier cosa.
Las gallinas necesitan una dieta equilibrada para mantenerse saludables y poner huevos de calidad. Su alimentación debe incluir un buen pienso específico para gallinas, que les proporcione los nutrientes esenciales como proteínas, calcio y vitaminas. Las sobras de comida pueden ser un complemento, pero no deben ser la base de su dieta. Alimentos como pan, dulces o comida procesada no son buenos para ellas y pueden causar problemas de salud.
Además, hay algunos alimentos que son directamente tóxicos para las gallinas, como el aguacate, las cáscaras de cebolla o el chocolate. Así que, antes de tirarles cualquier cosa, asegúrate de que sea seguro para ellas. Tus gallinas te lo agradecerán con una mejor salud y huevos más deliciosos.
7. “¡El calor y el frío excesivo son nuestros enemigos!”
Imagina por un momento que estás en pleno verano, con un sol abrasador que parece derretir todo a su paso. Ahora imagina que llevas un abrigo de plumas. Sí, exacto, no suena muy agradable, ¿verdad? Pues así es como se sienten tus gallinas cuando las temperaturas suben demasiado. El calor excesivo puede ser peligroso para ellas, causándoles estrés, deshidratación e incluso la muerte si no se toman medidas.
Por otro lado, el frío extremo tampoco es su mejor amigo. Aunque las gallinas son bastante resistentes, cuando las temperaturas bajan demasiado, pueden sufrir de hipotermia o congelación, especialmente en sus patas y crestas. Así que, ¿qué puedes hacer? Pues, primero, asegúrate de que tengan acceso a sombra y agua fresca en verano. Un ventilador o un aspersor pueden ser de gran ayuda. En invierno, proporciona un gallinero bien aislado, con paja seca y, si es necesario, una fuente de calor segura.
Recuerda, tus gallinas no pueden simplemente entrar a la casa y encender el aire acondicionado o la calefacción. Dependen de ti para mantenerlas cómodas y seguras en cualquier época del año.
8. “Nos gusta dormir cómodas.”
¿Alguna vez has tenido una mala noche de sueño? Seguro que sí, y sabes lo que se siente: irritabilidad, cansancio y una sensación general de “no quiero hacer nada”. Pues adivina qué, tus gallinas también necesitan un buen descanso para estar felices y saludables.
El lugar donde duermen es crucial. Un gallinero limpio, seco y bien ventilado es esencial. A nadie le gusta dormir en un lugar húmedo, lleno de excrementos o con corrientes de aire frío. Además, las gallinas necesitan perchas para dormir. Sí, aunque parezca un detalle pequeño, les encanta posarse en algo elevado durante la noche. Es un instinto natural que las hace sentir seguras, lejos de posibles depredadores.
También es importante que tengan suficiente espacio. Si el gallinero está abarrotado, es probable que empiecen a pelearse o a estresarse. Y, por supuesto, no olvides la oscuridad. Las gallinas necesitan oscuridad total para dormir bien, así que asegúrate de que no haya luces brillantes que las molesten durante la noche.
9. “Necesitamos baños de polvo.”
Aquí viene una de las cosas más curiosas y fascinantes sobre las gallinas: los baños de polvo. Si nunca has visto a una gallina revolcarse en la tierra como si fuera una loca, te estás perdiendo un espectáculo digno de risa. Pero, ¿por qué lo hacen? Pues porque es esencial para su higiene y salud.
Los baños de polvo ayudan a las gallinas a mantener sus plumas limpias y libres de parásitos. Cuando se revuelcan en la tierra, el polvo absorbe el exceso de grasa y elimina ácaros, piojos y otros bichos no deseados. Es como su versión de un spa de lujo, pero con tierra en lugar de agua.
Así que, si no les proporcionas un lugar adecuado para sus baños de polvo, tus gallinas pueden empezar a sentirse incómodas e incluso desarrollar problemas de piel. Asegúrate de que tengan acceso a un área seca y arenosa, y si es posible, añade un poco de ceniza de madera o tierra de diatomeas para potenciar los beneficios.
Y no te preocupes si al principio te parece raro o desordenado. Es parte de su naturaleza, y verás que, con el tiempo, te acostumbrarás e incluso te divertirás viéndolas disfrutar de su ritual de limpieza.
10. “No nos molestes en el nido»
El nido es un lugar sagrado para una gallina. Es donde ponen sus huevos, donde a veces se sientan para empollarlos, y donde se sienten más vulnerables. Por eso, es crucial que respetes su espacio cuando están en el nido.
Si una gallina está en el nido, lo más probable es que esté concentrada en su tarea. Ya sea poniendo un huevo o cuidando de sus futuros pollitos, no le gusta que la interrumpan. Si te acercas demasiado o intentas sacarla del nido, es probable que te dé un picotazo o que se estrese.
Además, el nido debe ser un lugar tranquilo y privado. A las gallinas no les gusta que las observen mientras hacen su trabajo. Si tienes un gallinero con varios nidos, asegúrate de que estén separados y que cada gallina tenga su espacio. Un nido cómodo, con paja o virutas limpias, hará que se sientan más seguras y felices.
En resumen, el nido es su santuario. Trátalo con respeto, y tus gallinas te lo agradecerán con huevos frescos y un comportamiento más tranquilo.
11. “Nos gusta sentirnos seguras contigo.”
Las gallinas, a pesar de su apariencia robusta y su actitud a veces un poco descarada, son animales que, en el fondo, son bastante vulnerables. En la naturaleza, son presa de depredadores, y ese instinto de supervivencia sigue muy presente en ellas, incluso en el entorno seguro de tu jardín o gallinero. Por eso, lo primero que tus gallinas quieren que sepas es que necesitan sentirse seguras contigo.
¿Cómo puedes lograrlo? Bueno, empieza por proporcionarles un espacio protegido. Un gallinero bien cerrado, con malla resistente y un techo seguro, es esencial para que no se sientan expuestas a amenazas como zorros, halcones o incluso perros curiosos. Pero la seguridad no solo es física; también es emocional. Las gallinas necesitan confiar en ti. Si te acercas de manera brusca o las asustas, se pondrán nerviosas y tratarán de alejarse. En cambio, si te acercas con calma, hablando suavemente y ofreciéndoles golosinas (como granos o trozos de fruta), pronto asociarán tu presencia con algo positivo.
Recuerda, una gallina que se siente segura es una gallina feliz. Y una gallina feliz es más probable que ponga huevos, se relaje en tu compañía y, quién sabe, hasta te permita acariciarla de vez en cuando.
12. “Tenemos personalidades únicas.”
Si piensas que todas las gallinas son iguales, estás muy equivocado. Cada una de ellas tiene su propia personalidad, y eso es algo que tus gallinas quieren que reconozcas. Algunas son extrovertidas y curiosas, siempre las primeras en acercarse a ver qué estás haciendo. Otras son más tímidas y prefieren mantenerse al margen, observando desde lejos. Algunas son líderes naturales, las que dirigen al grupo y deciden cuándo es hora de salir a explorar. Otras son más relajadas y se contentan con seguir a las demás.
Observar estas diferencias es fascinante. Por ejemplo, puedes notar que una gallina siempre está buscando comida, mientras que otra prefiere pasar el tiempo tomando el sol. Algunas son más sociables y disfrutan estar cerca de ti, mientras que otras son más independientes. Reconocer y respetar estas personalidades no solo te ayudará a entender mejor a tus gallinas, sino que también te permitirá cuidarlas de manera más efectiva.
Además, esta individualidad hace que cada gallina sea especial. Es como tener un pequeño grupo de amigas, cada una con sus propias peculiaridades. Y, al igual que con las personas, es importante tratarlas de acuerdo a su carácter. Si respetas sus personalidades, verás que tu relación con ellas se vuelve más rica y significativa.
13 “Te agradecemos por cuidarnos.”
Aunque las gallinas no pueden decir “gracias” de la manera en que lo haríamos los humanos, definitivamente tienen formas de mostrar su gratitud. Si las cuidas bien, te lo harán saber de maneras sutiles pero reconfortantes. Por ejemplo, una gallina feliz te regalará huevos frescos, que no solo son deliciosos, sino también un símbolo de su bienestar. También pueden acercarse a ti con confianza, seguirte por el jardín o incluso posarse cerca de ti mientras trabajas.
El cuidado que les brindas no pasa desapercibido. Cuando les proporcionas comida fresca, agua limpia, un espacio seguro y atención médica cuando la necesitan, ellas lo sienten. Y aunque no lo expresen con palabras, su comportamiento te lo demuestra. Una gallina que se siente cuidada es más tranquila, más sociable y más propensa a formar un vínculo contigo.
Además, cuidar de tus gallinas no es solo una responsabilidad, sino también una oportunidad para conectarte con la naturaleza y aprender de estas increíbles criaturas. Cada vez que te preocupas por ellas, estás construyendo una relación basada en la confianza y el respeto mutuo. Y eso, sin duda, es algo que tus gallinas valoran profundamente.
Pensamientos finales
Así que ahí lo tienes, un vistazo a lo que tus gallinas quieren que sepas. No dudes en nutrir esta relación, porque puede que no hablen en voz alta, pero, créeme, tienen mucho que decir. Escuchar sus necesidades y proporcionar un entorno enriquecedor hará que su vida sea más feliz, y definitivamente tú verás los resultados en forma de picos alegres y huevos frescos. Quién diría que ser ‘padre’ de gallinas tendría sus recompensas, ¡pero definitivamente las tiene! Así que a poner en práctica estos consejos y disfrutar de una vida más plena junto a tus adorables amigas plumadas.