15 Mitos sobre la cría de gallinas que debes ignorar

¿Estás considerando sumarte al maravilloso mundo de la cría de gallinas? ¡Bienvenido al club de los amantes de las plumas! Tener gallinas en el jardín puede ser una experiencia increíblemente gratificante: huevos frescos, mascotas encantadoras y compost natural hecho por pequeñas obreras. Pero, como ocurre con todo en la vida, hay un montón de mitos y desinformación flotando por ahí.

Hoy quiero hablarte de esos mitos que, sinceramente, deberías ignorar si estás pensando criar gallinas o si ya tienes unas pollitas rasgando felizmente el suelo de tu jardín

Así que, relájate, siéntate cómodamente y prepárate para desmentir juntos 15 de los mitos más comunes sobre la tenencia de gallinas. ¡Vamos allá!

1. Necesitas un gallo para que las gallinas pongan huevos

Si alguna vez has oído que las gallinas necesitan un gallo para poner huevos, déjame decirte que estás ante uno de los mitos más extendidos de todos los tiempos. Y hoy, vamos a desmentirlo.

Primero lo primero: ¡No, no necesitas un gallo! Las gallinas ponen huevos como parte de su ciclo natural, independientemente de si hay un gallo merodeando por ahí o no. Es un proceso biológico que sucede cada día, sin ningún tipo de milagro aviar involucrado. Así que si solo quieres disfrutar de unos deliciosos huevos en tu desayuno, no te preocupes: tus gallinas se encargarán del trabajo solas.

Ahora bien, si tu plan es criar pollitos, ahí sí que necesitas un gallo, ya que él será el encargado de fertilizar los huevos. Pero si ese no es tu objetivo, la presencia del gallo es totalmente opcional.

Así que, la próxima vez que escuches a alguien decir que las gallinas no pueden poner huevos sin un gallo, puedes sonreír y compartir este pequeño dato.

2. Las gallinas ponen huevos todo el tiempo

¿Alguna vez te has preguntado cuántos huevos pondrá una gallina en un día? La respuesta típica es: «una gallina pone un huevo al día». Suena sencillo, ¿verdad? Pero la realidad es un poquito más complicada.

Aunque es raro, sí, es cierto que algunas razas de gallinas tienen la capacidad de poner un huevo diario, pero no es como si tuvieran un reloj interno que les dicte: “¡Es hora de poner!”. Existen varios factores que pueden influir en su producción de huevos. Por ejemplo, la edad de la gallina juega un papel fundamental. Las gallinas más jóvenes suelen ser las más productivas, mientras que las aves mayores pueden reducir la cantidad de huevos que ponen.

Además, la raza también es importante. Algunas variedades son conocidas por ser «máquinas ponedoras», mientras que otras son más bien tranquilas y pueden poner menos. Y no olvidemos las estaciones del año; en otoño e invierno, con menos horas de luz, puede que tus gallinas se tomen unas vacaciones temporales.

Pero espera, eso no es todo. La salud de la gallina es crucial. Si está enferma o no se siente bien, es probable que no produzca huevos. Pero, ¡incluso su estado de ánimo cuenta! Sí, las gallinas también tienen emociones. Una gallina estresada o asustada puede decidir que hoy es un día para no poner.

3. Las gallinas son sucias y malolientes

¿Te has dado cuenta de que muchas personas piensan que las gallinas son animales sucios? ¡Error! Las gallinas no son sucias por naturaleza, y tampoco huelen mal. La verdad es que el mal olor en un gallinero no proviene de las aves en sí, sino de un manejo inadecuado de su espacio.

Si notas que tu gallinero huele mal, es más probable que se deba a la falta de limpieza y no a las gallinas. Así que, si quieres que tu gallinero huela fresco y limpio, solo necesitas un poco de dedicación. Limpia regularmente el gallinero, usa materiales adecuados para la cama (como pajita o virutas de madera) y asegúrate de que haya suficiente ventilación. Fácil, ¿verdad?

Además, ¡las gallinas son unas expertas en el cuidado personal! Les encanta “bañarse” en polvo, lo que les ayuda a mantenerse limpias y libres de parásitos. 

4. Todos los huevos tienen el mismo sabor

La mayoría de la gente piensa que todos los huevos saben igual, pero la verdad es que su sabor puede variar considerablemente dependiendo de lo que coman las gallinas. Eso es correcto, ¡los mismos huevos pueden tener diferentes sabores!

La mayoría de nosotros, cuando compramos huevos en la tienda, estamos obteniendo productos de gallinas que han sido criadas en condiciones muy similares y alimentadas con una dieta básica. Por eso, es fácil caer en la trampa de pensar que todos los huevos son iguales. Pero, mis amigos, ahí es donde entra el mundo de los huevos caseros.

Cuando criamos gallinas en casa, ellas tienen acceso a una dieta más variada y, por lo tanto, sus huevos pueden sorprendernos con sus sabores. Algunas gallinas se alimentan de sobras de la casa, otras picotean hierba fresca, y algunas incluso se deleitan con insectos. Sí, lo oíste bien.

Además, algunos criadores deciden darles ajo en el agua regularmente, dándoles a los huevos un sabor característico. Por eso muchas personas prefieren no alimentarlas así, aunque hay quienes creen que el ajo tiene beneficios para la salud. ¡Me incluyo! Pero, honestamente, la mayoría de la gente que ha probado huevos de gallinas caseras queda absolutamente encantada por su sabor superior.

5. Tener gallinas requiere mucho tiempo

Ahora quiero hablar de un mito que me ha encontrado muchas veces en mi camino como dueño de gallinas: “Tener gallinas requiere mucho tiempo”. La verdad es que, aunque hay algo de cierto, no es tan terrible como parece.

Vamos a ser sinceros, criar gallinas implica responsabilidad. Tienen necesidades que debes atender, como alimentarlas y, por supuesto, darles agüita fresca. Y sí, hay que recoger esos preciosos huevitos casi a diario. Pero, ¡aguanta! Una vez que estableces un buen sistema, no se lleva más de 20-30 minutos diarios. ¡Eso es menos tiempo del que pasas en redes sociales!

Ahora, hablemos de las tareas más pesadas. Estas suelen ser semanales o mensuales, como las limpiezas profundas del gallinero o esos chequeos de salud que nos aseguran que todo vaya sobre ruedas. Pero, en general, esas no son tareas que debas hacer cada día.

Así que, si estás pensando en tener tu propio ejército de gallinas ponedoras, no dejes que ese mito del tiempo te frene. Con un poco de organización, puedes disfrutar de los beneficios de tener gallinas sin que consuma tu vida entera.

6. Puedes alimentar a tus gallinas con solo sobras de comida

¿Tienes gallinas y te encanta la idea de darles tus sobras de comida? ¡Genial! Las gallinas son omnívoras y se alegran de degustar un poco de lo que tú dejas en el plato. Pero aquí te cuento un secreto: no todo lo que sobra de tu cena puede ser suficiente para mantenerlas sanas y felices.

Las gallinas necesitan un equilibrio específico de nutrientes. Piensa en proteínas, calcio y otros minerales que, aunque están en los restos de comida, probablemente no están en la cantidad necesaria. Si las alimentas solo con sobras, podrías terminar con gallinas débiles y, lo peor de todo, ¡sin buenos huevos!

Así que aquí va mi consejo: usa las sobras como un delicioso complemento (¡a ellas les encanta!), pero no te olvides de proporcionarles un buen alimento comercial o incluso casero que esté diseñado especialmente para ellas. Así, tendrás un gallinero sano y feliz, ¡y unos huevos de calidad que te harán sonreír cada mañana!

7. Las gallinas no sienten frío

¿Quién fue el genio que dijo que las gallinas no sienten frío? ¡Seguro que nunca ha pasado un invierno con ellas! Es verdad que nuestras amigas plumadas son bastante resistentes gracias a su hermoso plumaje, pero ojo, eso no significa que sean inmunes a las bajas temperaturas.

Cuando el viento sopla y la lluvia empieza a caer, es nuestra misión asegurarnos de que el gallinero sea un lugar cálido y acogedor. Las corrientes de aire y la humedad son dos enemigos mortales para nuestras gallinas, así que mejor prevenir que lamentar.

Una buena idea es reforzar la protección del gallinero con unas tablitas aquí y allá para evitar que el frío se cuele. Además, un poquito más de paja o virutas en el suelo ayudará a mantener el calor. ¡Es como una cama cálida para ellas!

8. Las gallinas no necesitan atención veterinaria

Ahora hablemos de un mito que está dando vueltas por ahí y que puede ser bastante perjudicial para nuestras queridas plumíferas: «Las gallinas no necesitan atención veterinaria».

Primero que nada, dejemos algo claro: ¡esto no es cierto! Aunque nuestras gallinas son animales fuertes y resistentes, eso no significa que estén exentas de enfermedades. Al igual que cualquier otro animal doméstico, pueden enfrentar problemas de salud que va desde leves hasta serios. Parásitos, infecciones, y otros inconvenientes pueden aparecer sin previo aviso.

Observar a nuestras gallinas con regularidad es clave. Si notas que una de ellas está actuando de forma diferente – quizás está más aislada, no come como antes, o tiene plumas desaliñadas – es momento de poner atención y, si hace falta, buscar la ayuda de un veterinario especializado en aves. Ellos saben lo que hacen y pueden ayudar a que tu gallina vuelva a estar en plena forma.

Así que, por favor, no caigas en la trampa de pensar que tus gallinas no necesitan cuidados médicos. Mantente atento, estemos listos para ayudar a nuestras amigas emplumadas en cualquier momento. 

9. Todas las gallinas son iguales

Si alguna vez has escuchado que “todas las gallinas son iguales”, es momento de desmentir ese mito de una vez por todas. ¡Nada más alejado de la verdad! Cada raza de gallina tiene su propio estilo, y, sobre todo, cada ave es un mundo en sí misma.

Por un lado, tenemos a las gallinas Orpington, que son como los osos de peluche del gallinero. Amigables, tranquilas y con un carácter dócil, ¡cualquiera querría abrazarlas! Son perfectas para quienes buscan compañeras simpáticas y cariñosas.

Pero no te dejes engañar; en el otro extremo del espectro están las Leghorn, una raza audaz y activa. Si las Orpington son los abrazos, las Leghorn son la adrenalina pura. Con su energía inagotable, siempre están buscando aventuras. ¡Son las exploradoras del gallinero!

Y aquí viene lo más interesante: incluso dentro de la misma raza, cada gallina tiene sus propias manías y personalidades. Algunas pueden ser más curiosas, mientras que otras prefieren sentarse y observar desde su rincón.

10. Una gallina vieja ya no sirve para nada

Hablemos de un mito que me da mucha pena: el famoso “una gallina vieja ya no sirve para nada”. ¿En serio? ¡Vamos a desmentirlo!

Es cierto que, con el paso del tiempo, nuestras gallinas mayores bajan su producción de huevos. Pero eso no significa que se conviertan en un estorbo. De hecho, las gallinas mayores pueden ser más útiles de lo que pensamos.

Primero, son unas auténticas expertas en controlar plagas. A esas alturas, ya saben cómo buscar y picotear esos bichitos molestos que rondan nuestro jardín. Además, sus desechos son un abono natural fabuloso que puede enriquecer la tierra de nuestro huerto. ¡Todo son ventajas!

Y, por si fuera poco, no olvidemos lo más importante: ¡su compañía! Estas gallinas han estado con nosotros durante años y merecen un trato de jubiladas. Ellas son parte de nuestra familia y tienen mucho amor para dar.

11. Las gallinas se pueden dejar solas por días

Ahora hablemos sobre un tema que quizás muchos se preguntan: ¿puedo dejar a mis gallinas solas por días? La respuesta corta es: no exactamente.

A diferencia de un perro que necesita paseos constantes o un gato que puede ser un poco más independiente, las gallinas tienen necesidades básicas que no se pueden ignorar. Necesitan comida fresca, agua limpia y un lugar seguro para vivir. ¡No querrás volver de tus vacaciones y que tus gallinas estén haciendo una fiesta en la casa!

Si tienes planes de salida y no puedes estar por unos días, lo mejor es que busques a alguien que pueda echarles un vistazo. O bien, si te sientes un poco aventurero, puedes invertir en sistemas automáticos de alimentación y agua. Hay muchas opciones en el mercado que pueden ayudarte a mantener a tus plumas felices y saludables mientras estás fuera.

Así que, ya lo sabes: no dejes a tus gallinas desatendidas por largos períodos. Ellas dependen de ti y, aunque sean aves, ¡también tienen sentimientos! Así que asegúrate de que estén siempre bien cuidadas.

12. Las gallinas son inmunes a las enfermedades:

Si alguna vez has escuchado que las gallinas son inmunes a las enfermedades, déjame decirte que eso es un mito. Así como nosotros, estos adorables plumíferos pueden enfermarse y, aunque son resistentes, no son invulnerables.

Las gallinas pueden verse afectadas por una variedad de enfermedades, desde infecciones respiratorias hasta problemas digestivos. Por eso, es fundamental estar informado sobre las enfermedades más comunes que pueden afectar a tus aves de corral.

Una de las mejores maneras de mantener a tus gallinas saludables es asegurarte de que tengan un ambiente limpio, suficiente espacio para moverse y, por supuesto, buena alimentación. También es buena idea consultar a un veterinario especializado en aves, especialmente si notas algún cambio en su comportamiento.

13. Las gallinas son tontas

Cuando escuchamos que las gallinas son tontas, la mayoría de nosotros nos imaginamos a esos animales correteando sin rumbo, picoteando el suelo. Pero déjame decirte que esta imagen está muy lejos de la realidad. ¡Las gallinas son unas aves sorprendentemente inteligentes!

¿Sabías que las gallinas pueden reconocer a sus dueños? Así es, pueden aprender a identificar caras y vocalizaciones. Eso significa que si tienes gallinas, ¡podrías ser su persona favorita!

Pero eso no es todo. Estas aves son capaces de aprender trucos sencillos. Al igual que un perro que se sienta por una golosina, las gallinas pueden ser entrenadas para hacer ciertas actividades. ¡Imagina ver a tu gallina corriendo hacia ti cada vez que llegas con su golosina favorita!

Y si crees que su inteligencia solo se queda en eso, piénsalo de nuevo. Las gallinas pueden resolver problemas. Han mostrado habilidades para navegar laberintos y superar obstáculos. ¡Eso es más astuto de lo que muchos podrían pensar!

14. Cualquier espacio sirve como gallinero

Otro mito común es pensar que las gallinas pueden adaptarse a cualquier tipo de espacio o refugio, y que no necesitan un gallinero bien diseñado. ¡Error! Aunque son resistentes y bastante independientes, las gallinas sí necesitan un lugar adecuado para vivir.

Un buen gallinero tiene que proporcionar refugio del clima (lluvia, calor extremo o frío intenso), protección contra depredadores (como perros, zorros o incluso halcones) y espacios cómodos para dormir y poner huevos. No basta con dejar unas tablas juntas y decir: “Esto sirve”. Si te tomas el tiempo para diseñar un espacio acogedor, tus gallinas serán más felices y saludables.

15. Criar gallinas es caro

Si alguna vez has pensado en convertirte en un pequeño granjero con tus propias gallinas, seguramente te ha venido a la mente la idea de que empezar puede ser costoso. Y sí, es cierto que al principio tendrás que invertir en un gallinero, comederos y bebederos. Pero aquí viene la mejor parte: ¡a largo plazo, esos billetes se convierten en ahorros!

Piénsalo bien: los huevos frescos que tendrás a tu disposición no solo son un lujo, sino que también te ahorrarán dinero en la compra semanal en el supermercado. ¡Imagina disfrutar de esos desayunos con huevos recién recogidos! Y eso no es todo. Las gallinas son unas excelentes recicladoras de tus sobras de comida. Esa ensalada que sobró o el pan un poco duro que ya no vas a comer, ellas lo convierten en su alimento. ¡Y lo que es mejor, esos «desperdicios» se transforman en increíble abono para tu jardín!

Así que si estás dudando, te animo a que lo pienses un poco más. Criar gallinas no solo puede ser divertido y educativo, sino que en el fondo, es una opción que te puede ayudar a ahorrar. Después de todo, ¿quién no quiere huevos frescos y un jardín floreciente?

Pensamientos finales

En definitiva, criar gallinas puede ser una experiencia gratificante. Proporcionan huevos frescos, son mascotas entretenidas y ayudan a reducir los residuos de alimentos. Así que, ignora estos mitos y ¡anímate a criar gallinas! No te arrepentirás.

¿Tienes alguna otra pregunta sobre la crianza de gallinas? ¡Déjala en los comentarios! Me encantaría saber de ti.

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