14 Cosas que no pueden faltar en tu gallinero
Si estás pensando en criar gallinas o ya tienes un gallinero montado, déjame decirte que has tomado una de las mejores decisiones de tu vida. Los pollos son animales maravillosos: entretenidos, trabajadores, y lo mejor de todo, ¡te proporcionan huevos frescos cada día! Pero, como cualquier animal, merecen vivir en un ambiente cómodo, seguro y adecuado. A la hora de construir o mantener tu gallinero, hay ciertas cosas básicas que nunca deberían faltarte. ¿Quieres saber cuáles son?
Aquí te contaré las 14 cosas esenciales que no deberían, bajo ninguna circunstancia, faltar en tu gallinero. Y lo haré en un tono relajado, porque criar gallinas puede ser un reto, pero también es muy divertido, ¿verdad? ¡Comencemos!
1. Un buen refugio
El gallinero en sí mismo debe ser un refugio sólido, y es la base de todo. Vamos, a tus gallinas no les basta con cuatro tablones y un techito cualquiera. Necesitas un lugar donde se sientan protegidas del mal tiempo y, sobre todo, de los depredadores. Recuerda que estamos hablando de animales que rara vez pueden defenderse por sí solos: zorros, mapaches, halcones o incluso perros pueden ser una amenaza.
Por eso, asegúrate de proporcionar un gallinero cerrado por las noches, con puertas y ventanas bien aseguradas. Además, el techo, las paredes y el piso deben ser resistentes. Algunos criadores incluso sugieren usar mallas metálicas reforzadas, especialmente en las ventanas o huecos de ventilación, porque un depredador lo suficientemente motivado encontrará la forma de entrar si no estás preparado.
Y ojo, que este refugio no solo es importante para la noche. También debe servir para protegerlas del frío extremo, la lluvia intensa o, por otro lado, del calor abrasador en los meses más cálidos. Un refugio bien diseñado es clave para que tus gallinas vivan felices y sin estrés.
2. Nidos cómodos
Si quieres tener una buena producción de huevos, tienes que ayudar un poquito. A las gallinas les encanta tener un nido cómodo, limpio y privado para poner sus huevos. Lo ideal es hacer o comprar nidos tipo cajas que sean accesibles tanto para las gallinas como para ti (porque obviamente tú serás quien recoja los huevos). Asegúrate de cubrir el fondo con materiales suaves, como paja, heno o incluso viruta de madera no tratada.
Por cada cuatro o cinco gallinas, asegúrate de que haya al menos un nido disponible. Créeme, si no les das suficientes nidos, las probabilidades de que encuentres huevos tirados por el suelo del gallinero, (y probablemente rotos) aumentarán considerablemente. Además, nadie quiere que una de sus gallinas decida que el suelo es el mejor lugar para poner su huevo; es antihigiénico y les puedes crear malos hábitos.
Y, hablando de higiene, no olvides limpiar los nidos con regularidad. La suciedad puede atraer parásitos, lo que podría afectar tanto la salud de las gallinas como la calidad de los huevos. Así que, hazte ese favor: mantén los nidos limpios y tus gallinas serán mucho más felices (y productivas).
3. Comedero y bebedero
Primero lo primero: las gallinas, como cualquier ser vivo, tienen que comer y beber. Pero no basta con tirar un puñado de maíz en el suelo y poner un balde de agua; necesitas un buen comedero y un bebedero.
¿Por qué es tan importante? Pues, para empezar, un buen comedero evita que las gallinas desperdicien comida. Créeme, estas chicas son expertas en escarbar, patear y regar el alimento por todos lados si no usas un dispensador adecuado. Además, un comedero bien diseñado ayuda a mantener la comida limpia y libre de suciedad, porque no querrás que tus gallinas coman algo asqueroso que podría enfermarlas, ¿verdad?
En cuanto al bebedero, es absolutamente vital que tengan agua fresca y limpia disponible todo el tiempo. A las gallinas les encanta picotear aquí y allá, y eso incluye el suelo (¡o peor!). Si dejas un recipiente abierto, no pasará mucho tiempo antes de que el agua esté llena de tierra, plumas e incluso excrementos. Un buen bebedero evita esos desastres y asegura que tus aves se mantengan bien hidratadas. ¡Tus gallinas lo agradecerán!
4. Agua fresca y alimento siempre disponible
Esto puede parecer lo más obvio del mundo, pero no siempre damos suficiente importancia al agua y la comida de las gallinas. Ellas, como cualquier ser vivo, necesitan agua fresca y limpia todos los días. Un sistema de bebederos adecuado es fundamental para que no sufran deshidratación, especialmente en verano. Si el agua se les ensucia con tierra, restos de comida o excrementos, pueden dejar de beberla, lo que afectará gravemente su salud. Opta por bebederos automáticos o elevados, que minimicen la posibilidad de suciedad.
En cuanto a la alimentación, no solo se trata de darles cualquier cosa. Sí, las gallinas pueden comer sobras de la cocina, como cáscaras de frutas o verduras, pero su dieta principal debe estar basada en un pienso balanceado que les proporcione las proteínas, vitaminas y minerales que necesitan. Esto no solo les mantiene saludables, sino que mejora la calidad de los huevos que producen.
No olvides que también les encanta picotear alimentos «extra», como granos, gusanos o insectos libres. Si puedes tener un área cercada donde puedan buscar estas golosinas naturales, ¡mucho mejor! Te lo agradecerán con creces.
5. Un espacio para moverse: Libertad y ejercicio
Si algo hemos aprendido de las gallinas felices es que necesitan moverse. No son animales que disfruten estar encerradas en un espacio diminuto todo el día. Un área al aire libre (cercada, claro está) es ideal para que puedan caminar, correr, escarbar en el suelo y, básicamente, hacer lo que una gallina hace. Este espacio no tiene que ser enorme, pero sí suficiente para que todas tus gallinas puedan moverse con libertad.
¿Sabías que escarbar en el suelo no es solo un pasatiempo para las gallinas? Es algo instintivo y crucial para su bienestar físico y mental. Mientras escarban, ejercitan las patas, el pico y buscan pequeños bichos o semillas que les aportan nutrientes extra.
Ahora bien, si por alguna razón no puedes ofrecerles un espacio al aire libre todos los días, intenta al menos soltar a las gallinas unas horas a la semana. Créeme, les encantará, y tú serás testigo directo de su felicidad (además, es muy entretenido verlas explorar).
6. Baño de polvo
Si algo aman las gallinas, es revolcarse en el polvo. Y no, no es solo por diversión (aunque claro, seguramente lo disfrutan muchísimo). Los baños de polvo son fundamentales para su higiene. A través de este ritual, las gallinas logran deshacerse de parásitos externos como ácaros o piojos, que podrían causarles mucho malestar. Además, este hábito natural les ayuda a mantener su plumaje en buen estado.
Lo ideal es que el área para su baño contenga una mezcla de arena fina, ceniza y tierra seca. Puedes habilitar una caja grande o un espacio en el suelo dentro o cerca del gallinero, pero lo importante es que siempre esté disponible para ellas. Si tus gallinas están «felices en el polvo», estarán más saludables. Así que, cada vez que veas a tus gallinas «chapoteando» en la arena, ¡sabrás que están en modo spa! ¿Quién diría que estos pequeños animales también saben de lujo?
7. Protección contra el sol y la lluvia
Aunque las gallinas tengan plumas, no significa que estén preparadas para soportar cualquier tipo de clima. Necesitan protección tanto contra los días soleados como contra las lluvias imprevistas (o las muy constantes, dependiendo de tu región).
En un día caluroso, el sol puede ser muy agotador para ellas. Si no tienen sombra suficiente, podrían deshidratarse o sufrir estrés por calor. Por eso es crucial que el gallinero tenga una zona cubierta que les proporcione refugio. Esto puede ser tan simple como un techo o una lona en el patio.
De igual manera, las lluvias no son sus mejores amigas. Claro, las gallinas no se derriten con el agua, pero un plumaje empapado puede hacerlas vulnerables a resfriados y enfermedades. Además, si el piso del gallinero se encharca constantemente por la falta de techo, se generará un ambiente insalubre lleno de lodo y malos olores. Así que asegúrate de diseñar un espacio donde tus pequeñas estén protegidas de todo tipo de clima. ¡Un lugar seco y seguro es imprescindible!
8. Tierra de diatomeas
Si nunca has oído hablar de la tierra de diatomeas, permíteme decirte que se convertirá en tu mejor aliada. Esta maravilla natural es un polvo formado por los restos fosilizados de organismos acuáticos llamados diatomeas. Aparte de sonar como algo sacado de una película científica, es un recurso verdaderamente útil en el mundo del gallinero.
La tierra de diatomeas tiene propiedades desparasitantes naturales e insecticidas. Se puede espolvorear en el suelo del gallinero, en los nidos o incluso mezclarse con el baño de polvo de tus gallinas para ayudarlas a prevenir y combatir la presencia de ácaros, pulgas y piojos. Es completamente segura para ellas (siempre que uses tierra de diatomeas de grado alimenticio) y es una opción ecológica, ya que reemplaza el uso de pesticidas tradicionales.
Además, este mágico polvo también contribuye a mantener el gallinero más limpio y combate olores. Es una solución simple, económica y efectiva que no debería faltar en ningún gallinero. Si estás buscando criar gallinas felices y saludables, la tierra de diatomeas será tu mejor amiga.
9. Perchas para que duerman
Vamos al tema del sueño de nuestras amigas emplumadas. Las gallinas, como los pájaros que son, tienen un instinto natural de dormir en lugares altos. Les encanta posarse en estructuras que estén elevadas del suelo para evitar depredadores y sentirse seguras. Por eso, las perchas son una parte esencial de cualquier gallinero que se respete.
Pero no estamos hablando de simples palos cualquiera; las perchas deben ser cómodas y del tamaño adecuado. Busca madera lisa o troncos que no sean demasiado finos ni demasiado gruesos, algo que las gallinas puedan agarrar bien con sus patitas sin lastimarse. ¿Sabías que en las noches suelen «acuclillarse» (meter sus patitas bajo el cuerpo) para mantenerse calientes? Es otro motivo más para escoger un material que no sea frío, como el metal.
Además, si tienes varias gallinas, no te olvides de darles suficiente espacio; a nadie le gusta dormir apretado, y créeme que unas gallinas malhumoradas no son divertidas. También te recomiendo colocar las perchas a distintas alturas y lejos del suelo. Tus gallinas se sentirán seguras, felices y bien cómodas.
10. Sustrato adecuado
¿Has escuchado esa frase de «un hogar limpio es un hogar feliz?» Bueno, esto también aplica para el gallinero. Uno de los errores más comunes al comenzar con un gallinero es ignorar la importancia de un buen sustrato. Básicamente, el sustrato es el material que colocas en el suelo para absorber la humedad, facilitar la limpieza y proporcionarles un lugar cómodo para estar. Y sí, la elección del sustrato puede hacer un mundo de diferencia.
El sustrato ideal dependerá de tu región, el clima y tu presupuesto, pero aquí te dejo algunas opciones populares:
- Viruta de madera: Probablemente, una de las más comunes. Es absorbente, barata y bastante cómoda para las gallinas, pero asegúrate de que no sea de madera tratada químicamente.
- Paja o heno: Si tienes acceso a estos materiales, sirven bien, aunque tienden a guardar más humedad, así que necesitarás cambiarlos con frecuencia.
- Arena: Aunque no lo creas, la arena puede ser una gran opción. Es fácil de limpiar (se recoge con pala) y promueve la ventilación del gallinero.
- Papel triturado: Si buscas reciclar o gastar menos, funciona, pero no es tan absorbente como otras opciones.
El sustrato no solo ayuda a mantener todo limpio y seco, sino que también evita olores desagradables y la proliferación de enfermedades. Recuerda cambiarlo regularmente, ya que un gallinero sucio = gallinas estresadas.
11. Botiquín de primeros auxilios para aves
Quizás esto no sea lo primero en lo que pienses al montar tu gallinero, pero créeme, un botiquín de primeros auxilios para aves es esencial. Las gallinas, al igual que cualquier otra mascota, no están exentas de accidentes, enfermedades o imprevistos. Tener los materiales adecuados a la mano podría salvarles la vida mientras esperas la visita de un veterinario especializado.
Entonces, ¿qué debe incluir tu botiquín? Aquí una lista básica:
- Desinfectante (como yodo diluido) para limpiar heridas.
- Gasas y vendas para cubrir heridas o prevenir infecciones.
- Antibióticos tópicos recomendados para aves.
- Vitaminas y suplementos (a veces las gallinas necesitan un boost nutricional).
- Pinzas y tijeras pequeñas para tratar plumas encarnadas o retirar objetos extraños.
- Guantes desechables para manejar lesiones sin contaminar.
- Un termómetro, probióticos y un cuentagotas también pueden ser útiles.
Créeme, nunca sabes cuándo una gallina puede torcerse una patita, pelear con otra o incluso enfermarse. Y si tienes crías o pollitos, la necesidad de este botiquín aumenta porque requieren cuidados aún más delicados. Como dicen, ¡mejor estar preparado que lamentarse después!
12. Una buena compañía…
Aquí va una verdad fundamental para cualquier amante de las gallinas: ellas no son animales solitarios. De hecho, son criaturas profundamente sociales, con jerarquías bien establecidas y relaciones de grupo muy marcadas. Una gallina sola es una gallina triste, así de simple. Si solo tienes una o dos gallinas en tu gallinero, considera expandir tu pequeño «club gallináceo».
Las gallinas son expertas en crear su propia «sociedad»: interactúan, establecen roles y hasta se comunican entre ellas a través de cloqueos y sonidos específicos. Tener compañía les brinda seguridad, reduce su estrés y mejora su bienestar general. Así que, cuando armes tu gallinero, asegúrate de que haya suficientes compañeras para que puedan convivir de forma saludable. Como dicen popularmente: ¡una sola gallina no hace primavera!
Además, tú también puedes convertirte en una parte importante de su «círculo social». Dedica tiempo a interactuar con ellas, observar sus rutinas y, por qué no, incluso hablarles. No te sorprendas si tus gallinas comienzan a reconocerte y seguirte cuando te acerques al gallinero.
13. Un espacio para almacenamiento
A simple vista, un gallinero probablemente pueda parecerte como un espacio que solo necesita un pequeño refugio para las aves y un área exterior donde puedan explorar. Pero la verdad es que, si realmente quieres que todo funcione como debe, necesitas un espacio de almacenamiento.
¿Para qué?, te preguntarás. Pues bien: el pienso, la paja o material para el nido, las herramientas, medicamentos, suplementos y demás accesorios necesitan un lugar específico. Si tienes todo desparramado aquí y allá, no solo será complicado encontrar lo que necesitas en el día a día, sino que también podrías atraer a invitados indeseados, como roedores o insectos.
Un pequeño armario cerca del gallinero, un cobertizo adjunto o simplemente unas cajas bien organizadas pueden hacer una gran diferencia. También es una excelente forma de asegurarte de que tus gallinas siempre tengan lo que necesitan: desde alimento fresco hasta un lugar limpio y cómodo para poner sus huevos.
Recuerda: un gallinero bien organizado no solo es más funcional, también permite que pases menos tiempo lidiando con el «desorden» y más tiempo disfrutando de la compañía de tus emplumadas amigas.
14. Luz natural
Por último, pero no menos importante, está la luz natural. Puede parecer algo obvio, pero no te imaginas cuántos gallineros están mal diseñados y apenas dejan pasar la luz del sol. Las gallinas necesitan luz natural para regular su ciclo de vida, mantenerse activas y, lo más importante: ¡poner huevos!
La luz influye directamente en las gallinas. Si no tienen suficiente exposición al sol, es probable que su producción de huevos disminuya significativamente. Eso sí, no confundas esto con exponerlas a sol directo todo el tiempo; también necesitan tener un espacio con sombra para refugiarse del calor extremo.
Un gallinero bien ventilado, con ventanas o espacios abiertos protegidos con malla, será ideal. La clave es que puedan recibir luz durante varias horas al día, pero también refugiarse si se sienten incómodas. Si vives en un lugar con inviernos muy largos y oscuros, podrías incluso considerar alguna lámpara especial que simule luz solar. ¡Tu gallinero debe ser un espacio agradable y lleno de vida!
Y bueno, gente, aquí lo tienen. Estas son las 14 cosas que, en mi humilde opinión, no pueden faltar en un gallinero. Si las tienes en cuenta, tus gallinas estarán felices y saludables, y tú disfrutarás de la experiencia de tener un gallinero en casa. Recuerda, no se trata solo de tener gallinas, se trata de darles la mejor vida posible. ¡Así que a poner manos a la obra y a criar gallinas felices!