Aunque para algunos animales como los pingüinos o los conejos de nieve, el invierno pueda ser una época agradable, para las gallinas, no es precisamente un periodo de ensueño. A diferencia de sus contrapartes polares, las gallinas no están preparadas para las bajas temperaturas. Sus crestas se congelan, sus patas se endurecen, la búsqueda de alimento se vuelve una tarea árdua y los relajantes baños de sol se vuelven un lejano recuerdo. Sí, el invierno no es la mejor época para nuestras amigas emplumadas.
Si bien existen maneras de hacer que los días y las noches frías sean más confortables, ¿cómo podemos asegurarnos de que su salud interna esté en óptimas condiciones? La nutrición invernal de las gallinas no es complicada, pero sí requiere un enfoque diferente al del resto del año.
Las condiciones invernales, con hielo, nieve y excesivas lluvias, no solo dificultan la búsqueda de alimento, sino que también hacen que las gallinas gasten mucha más energía para encontrar los mejores bocados. Además, durante el invierno, necesitan una mayor cantidad de nutrientes para mantener un peso saludable; mantener el cuerpo caliente durante las noches más frías consume muchas calorías.
Sin olvidar la muda de otoño. Las gallinas mudan dos veces al año, en primavera y otoño. Durante la muda, necesitan una buena dosis de proteína para el crecimiento de nuevas plumas y reponer sus reservas de nutrientes.
A esto se suma la falta de vitamina D que obtienen naturalmente durante los meses soleados, creando un verdadero dilema en clima frío. Es aquí donde la nutrición invernal cobra una importancia crucial. Entonces, ¿cómo podemos, como «padres» de las gallinas, mantener a nuestra bandada sana y feliz durante los meses más fríos?
Pero ¿Que hay en el menú?
Personalmente, adoro comerme un gran plato de lomo saltado en los días más fríos del invierno. O un caldo de gallina. O un estofado sabroso. Felizmente se cocinar y puede preparar una comida completa directamente del refrigerador, pero las gallinas necesitan más que su usual alimento de capa y grano para mantenerse saludables durante el invierno.
Nuestra queridas aves necesitan grandes dosis de proteína, carbohidratos y vitaminas para mantenerse calientes y en óptimas condiciones. Así que aquí hay algunas delicias para agregar a su lista de compras:
1. Pienso completo y de calidad
El pienso para gallinas es, sin duda, el ítem más importante que debe figurar en el menú de las aves de corral. Este alimento ofrece una gran variedad de nutrientes esenciales para el adecuado desarrollo y mantenimiento de las gallinas. Los granos y semillas que lo componen aportan carbohidratos, proteínas y grasas, mientras que los minerales y vitaminas ayudan a fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la calidad del plumaje y promover la puesta de huevos.
Por lo tanto, es recomendable mantener un comedero lleno de un «pienso completo» durante todo el invierno, asegurándose de que las aves tengan acceso constante a este alimento. Además, es importante complementar la dieta con cáscara de ostra, ya que este suplemento proporciona el calcio necesario para la formación de la cáscara de los huevos.
2. Alimentos verdes
Durante los meses invernales, cuando nuestros jardines se encuentran bajo una capa de nieve, la disponibilidad de vegetales frescos y nutritivos puede ser un desafío. Sin embargo, nuestras tiendas de comestibles locales pueden ser la solución perfecta para asegurar que nuestras gallinas reciban la mejor nutrición posible.
Las verduras de hoja verde oscura, como la acelga, el repollo y las coles, son excelentes fuentes de vitaminas, minerales y fibra para las aves de corral. Estos alimentos ricos en nutrientes son fundamentales para mantener la salud y el bienestar de nuestras gallinas durante los meses fríos, cuando la actividad y el acceso a los pastos disminuyen.
3. Germinar algunos brotes en el interior
Su fácil cultivo y bajo costo los convierten en una opción accesible para cualquier hogar. Germinadores, que se pueden conseguir a precios muy económicos, facilitan el proceso de germinación, permitiendo que broten rápidamente semillas como alfalfa, lentejas, girasol o trigo.
La riqueza nutricional de los germinados es incomparable. Contienen una gran cantidad de vitaminas, minerales y antioxidantes, lo que los convierte en una fuente de energía y bienestar tanto para los humanos como para las aves. En el caso de las gallinas, la incorporación de estos brotes a su dieta se traduce en un aumento de la vitalidad, una mejor salud del plumaje y una mayor resistencia a las enfermedades.
Pero la bondad de los germinados no se limita a los animales. Su sabor fresco y delicado los convierte en un ingrediente versátil para nuestras ensaladas, sándwiches y demás platos. Agregar un puñado de brotes a nuestro menú diario no solo aporta un toque de sabor, sino que también nos brinda una dosis extra de nutrientes que favorecen nuestro bienestar.
4. La alfalfa no es solo para los conejos
La alfalfa es un forraje rico en proteínas y fibra, lo que la convierte en un complemento ideal para la dieta de las gallinas durante la temporada fría. Al arrojar una pequeña paca de alfalfa en el gallinero, las aves se deleitarán explorando y consumiendo este manjar, lo que les proporcionará una fuente valiosa de nutrientes esenciales.
Además, la textura y la versatilidad de la alfalfa estimulan el comportamiento natural de picoteo y rascado, manteniendo a las gallinas activas y evitando el aburrimiento.
5. Cereales integrales y maíz
Los aperitivos con alto contenido de carbohidratos, como los cereales integrales y el maíz, proporcionan a las gallinas una fuente de energía adicional que les permite mantener su actividad y regular mejor su temperatura en climas fríos. Esto es particularmente importante durante los meses de invierno, cuando los requerimientos energéticos de las aves aumentan debido a las bajas temperaturas.
Al suministrar estos aperitivos, especialmente al final del día, se estimula el metabolismo de las gallinas, lo que les permite generar más calor y conservar mejor la energía. Esto contribuye a que las aves mantengan una condición física saludable y una producción de huevos óptima, incluso en épocas de mayor estrés climático.
Es fundamental, sin embargo, asegurarse de que estos aperitivos ricos en carbohidratos se ofrezcan en cantidades adecuadas y no reemplacen la dieta principal de las aves, que debe ser equilibrada y proporcionar todos los nutrientes esenciales. El objetivo de estos complementos es mejorar el bienestar y el rendimiento de las gallinas, no sustituir una alimentación completa y equilibrada.
6. Recetas caseras de alimento para las gallinas en invierno
Puede preparar su propio alimento para pollos de invierno si prefiere un enfoque más práctico para alimentar a sus pollos. Aquí hay un par de recetas sencillas que puede hacer:
Pienso casero rico en proteínas
Mezcle harina de soja, guisantes secos y harina de pescado a partes iguales. Este pienso casero proporciona un alto contenido de proteínas que puede ayudar a cubrir las necesidades energéticas de las gallinas durante el invierno.
Puré de avena tibio
Cocine la avena cortada en agua hasta que esté suave y blanda. Agregue algunas verduras picadas y una pizca de gusanos de harina secos. Este puré tibio y nutritivo puede ser un placer reconfortante en las mañanas frías.
Pensamientos finales
La alimentación de las gallinas en invierno requiere una cuidadosa planificación y consideración. Comprender sus necesidades nutricionales, brindarles acceso a agua dulce, elegir el alimento adecuado y complementar su dieta con golosinas y aditivos es vital para mantener su rebaño sano y productivo.
Si sigue los consejos descritos en este artículo, podrá afrontar con confianza los desafíos de la alimentación invernal. Recuerde controlar la salud de su rebaño con regularidad, abordar los problemas con prontitud y mantener una dieta bien equilibrada.
Sus gallinas prosperarán durante los meses de invierno con el cuidado y la atención adecuados, lo que garantizará que se mantengan fuertes y productivas. Entonces, abríguese, tome su alimento para pollos y disfrute de la gratificante experiencia de criar pollos felices y saludables durante todo el invierno.