¡Hola a todos! Hoy quiero hablarles sobre algo que puede ser un poco trágico pero también muy importante de tener en cuenta si eres un criador de gallinas. Sí, me refiero a las formas más comunes de matar accidentalmente a tus gallinas.
Muchas veces, cuando tenemos animales en nuestra propiedad, nos preocupamos por su bienestar y seguridad, pero a veces sin querer podemos cometer errores que pongan en riesgo la vida de nuestros animales, en este caso, de nuestras gallinas.
Hemos reunido algunas de las formas más comunes en las que la salud y la supervivencia de sus amigas emplumadas pueden verse gravemente afectadas y lo que podemos hacer para evitarlas.
15 formas accidentales que pueden matar a tus gallinas
1. Veneno y productos químicos
Es sorprendente la cantidad de sustancias peligrosas que pueden encontrarse comúnmente en nuestros hogares y que representan un grave peligro para nuestras gallinas. Desde el aceite de motor, la gasolina, el anticongelante, hasta otros productos químicos como pesticidas, herbicidas y fertilizantes, todos estos pueden ser letales si nuestras gallinas entran en contacto con ellos.
Es fundamental mantener estos productos alejados de nuestras gallinas y de su entorno. Asegúrate de almacenarlos en un lugar seguro y fuera del alcance de tus aves. Evita derrames y fugas que puedan contaminar el suelo o el agua que consumen las gallinas.
Además, es importante ser consciente de lo que utilizamos en nuestro jardín o en nuestro hogar. Opta por productos orgánicos y naturales siempre que sea posible, especialmente si tienes gallinas en tu propiedad. La salud de tus gallinas, y por ende, la calidad de sus huevos y carne, dependerá en gran medida de un ambiente limpio y libre de sustancias nocivas.
2. Incendios en el gallinero
Puede que te estés preguntando cómo es posible que haya incendios en un gallinero, pero la respuesta es más sencilla de lo que parece. La mayoría de los incendios en gallineros son causados por lámparas de calor que se utilizan para mantener a los polluelos calientes durantes las primeras semanas.
Estas lámparas pueden sobrecalentarse, caerse sobre la ropa de cama o entrar en contacto con material inflamable, lo que resulta en un incendio devastador.
Por suerte, hay medidas que podemos tomar para prevenir este tipo de tragedias. Lo primero es asegurarse de que las lámparas de calor estén bien instaladas y que no haya material inflamable cerca de ellas. También es importante revisar regularmente las conexiones eléctricas y reemplazar cualquier cable dañado.
Además, es importante contar con un plan de emergencia en caso de que ocurra un incendio en el gallinero. Esto incluye tener a mano extintores, conocer las rutas de escape y asegurarse de que todos los animales puedan ser evacuados de manera segura.
3. Gatos y perros
Todos sabemos que los gatos son cazadores naturales y que su instinto les lleva a perseguir a presas más pequeñas que ellos. Los pollitos, al ser animales de granja y no tener mecanismos de defensa como las aves silvestres, pueden fácilmente caer en las garras de un gato curioso.
A pesar de que tu gato sea domesticado y bien alimentado, no puedes garantizar que en un momento de debilidad no ataque a tus pollitos.
Por otro lado, los perros también pueden representar un peligro para tus gallinas. Algunas razas tienen aún más desarrollado su instinto de caza que los gatos y podrían ver a tus aves como presas. Aunque muchos perros son amigables con otros animales, nunca se sabe qué puede desencadenar su instinto cazador. Un momento de juego puede convertirse en tragedia si tu perro se emociona demasiado persiguiendo a tus pollos.
4. Falta de seguridad
Si tienes gallinas en tu corral, probablemente ya sepas que hay muchos depredadores dispuestos a hacer una cena de ellas. Desde zorros a mapaches, pasando por halcones y otros depredadores, las aves de corral son un objetivo común. Por eso, es esencial que tengas una seguridad de alta calidad para proteger a tus aves.
Una cerca resistente es la primera línea de defensa contra los depredadores terrestres. Asegúrate de que esté enterrada lo suficientemente profundo para evitar que los animales excavadores la crucen. Además, asegúrate de que no haya huecos por donde puedan colarse los intrusos.
Para protegerte de aves rapaces como halcones, considera la posibilidad de cubrir el corral con una red resistente. Esto no solo evitará que los halcones se lleven a tus aves, sino que también protegerá contra otros depredadores voladores como buitres y búhos.
Otra medida de seguridad importante es cerrar el corral por la noche. Muchos depredadores son nocturnos, por lo que es crucial que las gallinas estén seguras durante las horas de oscuridad. Asegúrate de que todas las puertas estén bien cerradas y de que no haya manera de que los animales entren.
5. Tornillos, alambres y clavos
Es una escena común ver a nuestras gallinas paseando por el corral, picoteando aquí y allá en busca de insectos. Pero, ¿qué pasa cuando encuentran algo más que comida? Pequeños trozos de vidrio, alambre, clavos u otros objetos metálicos pueden convertirse en un peligro para ellas.
El problema es que las gallinas, al no tener dientes, utilizan su pico para explorar y recoger su comida. Esto significa que pueden confundir objetos pequeños y brillantes con granos de arena o semillas. Y la consecuencia de ingerir estos objetos puede ser grave: desde lesiones internas hasta infecciones que pongan en peligro su salud.
Por eso, es importante tener en cuenta este riesgo al mantener a nuestras gallinas en un corral o espacio al aire libre. Asegúrate de que no haya objetos peligrosos sueltos en el suelo y supervisa a tus gallinas mientras exploran en busca de comida.
6. Deshidratación
Las gallinas son animales sorprendentes, capaces de adaptarse a diferentes condiciones climáticas. Sin embargo, hay un factor que puede afectarlas gravemente y es la deshidratación.
Así es, la deshidratación puede afectar rápidamente a una gallina y eventualmente provocarle la muerte. ¿Sabías que cada gallina puede beber alrededor de medio litro de agua al día en el calor del verano? Es importante que como dueños de gallinas estemos conscientes de la importancia de mantenerlas bien hidratadas, especialmente cuando las temperaturas comienzan a subir.
Cuando una gallina no recibe suficiente agua, su cuerpo no puede funcionar correctamente. Esto puede llevar a una serie de problemas de salud, como la reducción en la producción de huevos, problemas digestivos e incluso la muerte. Por eso, es vital asegurarnos de que siempre tengan acceso a agua fresca y limpia.
7. Alimentos peligrosos
A todas nos encanta ver a nuestras amigas emplumadas felices y contentas, pero es importante recordar que no podemos darles cualquier cosa.
Es tentador querer darles todas las sobras de la cocina o algunos dulces que tenemos en casa, pero debemos tener cuidado. Algunos alimentos pueden ser perjudiciales para las gallinas y causarles problemas de salud. Por ejemplo, chocolate, cafeína, frijoles secos crudos y aguacate son tóxicos para ellas.
En lugar de eso, podemos optar por darles golosinas saludables y seguras, como verduras frescas, frutas sin semillas, gusanos de la harina o incluso avena. A nuestras gallinas les encantará y estarán felices de recibir algo diferente a su dieta regular.
8. Descuido
Hoy quiero hablar de un mito común entre los dueños de gallinas: la creencia de que las gallinas pueden ser completamente autosuficientes en términos de alimentación. Algunas personas piensan que pueden dejar a sus gallinas en el patio y que estas podrán encontrar todo lo que necesitan para sobrevivir.
Ciertamente, en épocas anteriores, cuando las gallinas eran animales salvajes esto era verdad. Rascarían en el suelo de los bosques y reunirían suficientes insectos para sobrevivir. También hay que tener en cuenta que antiguamente las gallinas ponían muchos menos huevos porque su dieta era mala.
Sin embargo, es importante recordar que las gallinas que criamos son animales domesticados y que dependen en gran medida de sus dueños para proporcionarles una dieta equilibrada y adecuada. Dejar que las gallinas busquen su propia comida puede resultar en deficiencias nutricionales que afecten su salud y producción de huevos.
9. Plantas de jardín y malezas
Resulta que algunas plantas muy bonitas como la dedalera, el acónito y los lirios del valle pueden ser peligrosas para nuestras amigas emplumadas.
Sí, aunque estas flores luzcan hermosas y añadan un toque especial al jardín, es importante saber que son tóxicas para las gallinas. Así que, si tienes gallinas en casa, es mejor evitar plantar estas especies en tu jardín o al menos asegurarte de que estén fuera del alcance de tus aves.
Recuerda siempre investigar sobre las plantas que tienes en tu jardín, especialmente si tienes mascotas como gallinas. ¡Mejor prevenir que lamentar! Y no te preocupes, hay muchas otras plantas seguras y bonitas que puedes disfrutar sin poner en riesgo a tus aves de corral.
10. Demasiada tierra de diatomeas
Aunque la tierra de diatomeas es un método seguro y efectivo para controlar los ácaros, es importante recordar que las partículas de sílice limoso presentes en la tierra pueden ser inhaladas fácilmente. Y si nuestras gallinas inhalan demasiadas partículas, pueden desarrollar problemas respiratorios e incluso enfrentarse a la muerte.
Por lo tanto, antes de empezar a esparcir la tierra de diatomeas en todo el gallinero, es crucial sacar a las gallinas del área. De esta manera, evitamos que inhalen accidentalmente estas partículas y garantizamos su seguridad y bienestar mientras tratamos el gallinero.
11. Contenedores abiertos
Todos sabemos que las gallinas son animales muy curiosos y traviesos, les encanta explorar y meterse en lugares donde no deberían. Y es que, aunque parezca increíble, muchas veces las gallinas pueden meterse en aprietos al acercarse a un cubo, una tina o una piscina llena de agua.
A pesar de que las gallinas saben nadar, no son buenos nadadores. Es más, se ha registrado que muchas gallinas han caído en cubos llenos de agua y lamentablemente han terminado ahogándose. Es por eso que es importante tener precaución y evitar dejar estos recipientes al alcance de nuestras aves.
Si tenemos cubos o tinas en el área donde nuestras gallinas suelen estar, asegurémonos de taparlos o vaciarlos para prevenir accidentes. Y si contamos con una piscina en nuestro jardín, es fundamental mantenerla cercada o cubierta para evitar que las gallinas se acerquen a ella y se pongan en peligro.
¿Alguna vez has tenido accidentes mortales con tus gallinas? Cuéntame tu experiencia en los comentarios.