Gasta menos en alimento de gallinas
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Alimentación económica para gallinas ponedoras: consejos para reducir la factura

A ver, seamos sinceros. Tener gallinas en casa es una deleite. Escuchar ese cacareo por la mañana, verlas corretear por el patio buscando bichitos, y sobre todo, ¡ese momento mágico de recoger huevos frescos cada día! No hay comparación con los del súper, ¿verdad? Pero, ¡ay amigo!, llega el momento de comprar el saco de pienso y la cartera empieza a temblar. Que si el precio del maíz por las nubes, que si el transporte, que si la marca premium… Al final, mantener a nuestras emplumadas amigas bien alimentadas puede convertirse en un gasto considerable.

Pero ¡que no cunda el pánico! No tienes por qué elegir entre huevos deliciosos y llegar a fin de mes. Con un poco de cabeza, observación y unos cuantos trucos bajo la manga, puedes ajustar el presupuesto de alimentación de tus gallinas sin que ellas (ni la calidad de sus huevos) se resientan. Aquí te dejo 10 ideas, probadas y comprobadas por muchos «gallineros» como tú y como yo, para que tus ponedoras sigan felices y productivas sin arruinarte.

1. Elige un Buen Alimento Balanceado

A ver, sé lo que están pensando: «¿Un buen alimento balanceado? ¡Pero si eso es lo caro!». Y tienen razón, hasta cierto punto. Pero aquí está el truco: invertir en un buen alimento balanceado al principio, a la larga, te ahorra dinero. Piensen en ello como darle a sus gallinas una «vitamina» todo en uno. Un buen balanceado tiene las proporciones justas de proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales que una gallina ponedora necesita para producir huevos de calidad y mantenerse sana.

¿Qué pasa si les das un alimento de dudosa procedencia o uno que no está específicamente formulado para ponedoras? Pues que les va a faltar algo. Y cuando les falta algo, ¿qué hacen? Comen más para intentar compensar la carencia. Es como si tú intentaras vivir solo de caramelos. Necesitarías comerte kilos y kilos para obtener alguna energía, ¡y aún así te faltarían nutrientes esenciales! Con las gallinas pasa igual. Si el alimento no es completo, van a comer más cantidad para obtener los mismos nutrientes, y al final, gastarás más dinero en volumen de comida que en calidad.

Busquen un alimento que especifique que es para gallinas ponedoras. Fíjense en el porcentaje de proteína (generalmente entre 16% y 18% es ideal para la producción de huevos) y en la composición. Si pueden, consulten con un experto o con otros avicultores de su zona sobre las marcas que les han funcionado bien. No se dejen llevar solo por el precio más bajo. A veces, lo barato sale caro, ¡y en este caso, sale en menos huevos y gallinas menos saludables!

2. ¡A medir se ha dicho! No pongas comida a lo loco.

Este es uno de los errores más comunes que veo, ¡y es un desperdicio de dinero tremendo! Es tentador llenar el comedero hasta arriba pensando que «así nunca les falta», pero la realidad es que las gallinas tienen un apetito limitado y, si tienen comida disponible todo el día, simplemente picotearán sin control y, lo que es peor, desperdiciarán gran parte.

Piensa en cuánta comida le pones a tu perro o gato. ¿Les dejas el plato lleno todo el día? Probablemente no. Les pones una ración específica a determinadas horas. ¡Con las gallinas es similar! La cantidad de alimento que necesita una gallina ponedora varía según su tamaño, su raza, la temperatura ambiental y la calidad del alimento. Como regla general, una gallina ponedora adulta consume entre 100 y 120 gramos de alimento balanceado al día.

La clave está en observar. Al principio, ponles una cantidad calculada y observa si se lo comen todo. Si sobra mucho al final del día, reduce la cantidad. Si se lo acaban muy rápido y se quedan buscando más, aumenta un poco. Con el tiempo, te darás cuenta de cuánta comida necesitan tus gallinas en particular.

Una buena estrategia es alimentar a tus gallinas dos veces al día, por la mañana y por la tarde. Esto les da un horario regular y te permite controlar mejor la cantidad de alimento que consumen. Además, les motiva a picotear y buscar comida en el exterior durante el día.

Medir la comida no solo te ayuda a ahorrar, sino que también te permite detectar si hay algún problema. Si tus gallinas de repente dejan de comer la cantidad habitual, podría ser un signo de enfermedad o estrés. ¡Así que medir no solo es por el bolsillo, es por su salud!

3. Comederos anti-desperdicio: ¡Cada granito cuenta!

Ligado directamente con el punto anterior, el tipo de comedero que uses puede marcar una gran diferencia en la cantidad de comida que se desperdicia. Los comederos abiertos, esos platitos o bandejas planas, son muy cómodos para llenar, sí. Pero también son una invitación a que las gallinas escarben, picoteen sin ton ni son, y la comida acabe más fuera que dentro. ¡Es el paraíso del desperdicio!

Los comederos anti-desperdicio están diseñados para minimizar este problema. Suelen tener un diseño con compartimentos, rejillas o incluso un sistema que dispensa la comida a medida que las gallinas la van consumiendo. Esto dificulta que las gallinas esparzan la comida por el suelo. Además, muchos de estos comederos tienen tapas o están diseñados para proteger la comida de la lluvia o de los pájaros silvestres, que también pueden ser ladrones de pienso (y potenciales transmisores de enfermedades).

Invertir en un buen comedero anti-desperdicio puede parecer un gasto inicial, pero a la larga, te ahorrará dinero al reducir drásticamente la cantidad de comida que se desperdicia. Piensa en ello como una inversión a largo plazo en la eficiencia de la alimentación. Hay diferentes tipos y tamaños, así que busca uno que se adapte al número de gallinas que tienes y al espacio donde las tengas. ¡Tu bolsillo (y el suelo de tu gallinero) te lo agradecerán!

4. Restos de cocina sí, ¡pero con moderación y conocimiento!

Aquí entramos en uno de los puntos más populares y a la vez más controvertidos: ¡los restos de cocina! Es tentador tirarles todo lo que nos sobra, ¿verdad? Y es una forma genial de reducir el desperdicio alimentario en tu propia casa. Las gallinas son omnívoras por naturaleza y disfrutan picoteando una gran variedad de cosas. ¡Y sí, pueden comer muchos de nuestros restos!

Pero ojo, aquí está la clave: con moderación y conocimiento. Los restos de cocina no deben ser la base de la dieta de tus gallinas. La base sigue siendo el alimento balanceado de calidad. Los restos son un complemento, un extra, una golosina saludable, si quieres llamarlo así.

¿Qué tipo de restos son buenos? La mayoría de las verduras y frutas cocidas o crudas (sin hueso de aguacate, sin semillas de manzana en grandes cantidades, sin piel de cítricos en exceso), arroz, pasta (sin salsas pesadas o muy condimentadas), pan duro (remojado un poco para que sea más fácil de comer), cáscaras de huevo trituradas (una excelente fuente de calcio para las cáscaras de sus propios huevos, ¡un ciclo perfecto!).

¿Qué debemos evitar o dar con mucha cautela? Alimentos muy salados, muy azucarados, picantes, alimentos procesados, productos lácteos en grandes cantidades, restos de carne cruda, aguacate, plantas tóxicas. Y algo muy importante: nunca les des restos de comida enmohecida o en mal estado. Lo que es malo para ti, probablemente lo sea para ellas.

Ofrecer restos de cocina es una forma fantástica de complementar su dieta, proporcionarles variedad (lo que les encanta) y ahorrar un poco en pienso. Pero hazlo con cabeza. Dales pequeñas cantidades y observa cómo reaccionan. Si notas que sus heces cambian drásticamente o que no comen su alimento balanceado, reduce la cantidad de restos. ¡La moderación es la clave para que sea un ahorro y no un problema!

5. ¡A pastar se ha dicho! El poder del forrajeo libre.

Este es, sin duda, uno de los mejores «trucos» para ahorrar en alimentación y, de paso, hacer a tus gallinas increíblemente felices. Si tienes la posibilidad de dejar que tus gallinas pastoreen libremente en un área segura durante parte del día, ¡hazlo! Es como darles acceso a un buffet natural y gratuito.

¿Qué encuentran las gallinas cuando pastorean? Un montón de cosas deliciosas y nutritivas: hierba tierna (rica en vitaminas), semillas, insectos (larvas, gusanos, escarabajos… ¡son sus snacks favoritos y una excelente fuente de proteína!), pequeños invertebrados, y hasta piedritas (que les ayudan a digerir la comida en su molleja).

El forrajeo libre no solo reduce la cantidad de alimento balanceado que consumen, lo que se traduce en un ahorro directo en tu bolsillo, sino que también mejora la calidad de sus huevos. ¡En serio! Las gallinas que pastorean suelen poner huevos con yemas de un color naranja intenso y un sabor más rico, gracias a los pigmentos naturales que obtienen de la hierba y los insectos.

Además, el forrajeo es un comportamiento natural para las gallinas. Les mantiene activas, entretenidas y reduce el estrés y el aburrimiento, lo que a su vez puede disminuir problemas como el picaje. Es un ganar-ganar para todos.

6. Cultiva un huerto para tus gallinas

¡Ay, el huerto! Ese pedacito de tierra que nos da alegrías en forma de tomates jugosos, lechugas crujientes y hierbas aromáticas. Pues déjenme decirles, amigos, que ese mismo huerto puede convertirse en el restaurante cinco estrellas de sus gallinas. Y no me refiero a que se coman todas sus cosechas (¡que ya las conocemos!), sino a que aprovechen lo que para nosotros son «desechos».

Piénsenlo: las hojas exteriores de la lechuga que no nos vamos a comer, las pencas de las acelgas un poco feas, los tallos de los brócolis que sobran, las cáscaras de guisantes, incluso esas judías verdes que se pasaron un poco… ¡todo eso es un festín para nuestras gallinas! Y no solo es comida gratis, es comida llena de vitaminas y nutrientes frescos que complementan su dieta.

Además, ¡es una forma genial de mantenerlas entretenidas! Verlas picotear en una lechuga entera es un espectáculo digno de ver. Les ayuda a desarrollar su comportamiento natural de forrajeo, a ejercitarse y a evitar el aburrimiento, que a veces puede derivar en picoteos indeseados.

Claro, hay que tener un poquito de cabeza. No les vamos a tirar montones de hojas podridas o cosas que puedan estar malas. Y hay que informarse un poco sobre qué plantas son seguras para ellas (la mayoría de las verduras comunes lo son, pero siempre es bueno confirmar). Pero en general, los restos de la huerta son un tesoro para nuestras gallinas y para nuestro bolsillo. Es una simbiosis perfecta: nosotros les damos algo que íbamos a tirar, y ellas nos lo agradecen con huevos más sabrosos y una salud de hierro. ¡Así da gusto tener huerto y gallinas!

7. ¡El compost es tu aliado (y el de ellas)!

Siguiendo con la filosofía del aprovechamiento, ¡aquí entra en juego nuestro gran aliado: el compost! ¿Qué es el compost, para los que no estén familiarizados? Es ese montón de «desechos orgánicos» que se descomponen y se convierten en un abono riquísimo para la tierra. Restos de comida, cáscaras, restos de poda… todo eso va al compost.

Y dirán ustedes, ¿y qué tiene que ver esto con alimentar a las gallinas? ¡Pues mucho! Resulta que el compost es un ecosistema en sí mismo. Está lleno de bichitos, gusanitos, larvas… ¡proteína pura y dura! Y a nuestras gallinas les encanta buscar y picotear entre el compost.

Podemos darles acceso controlado a la pila de compost (¡no queremos que se pasen el día revolviendo!) o incluso coger algunos puñados y tirárselos para que se entretengan buscando tesoros proteicos. Es como un «snack» natural y gratuito que les aporta un extra de proteína, fundamental para la puesta de huevos.

Además, las gallinas, al escarbar y picotear en el compost, ayudan a airearlo y a acelerar el proceso de descomposición. ¡Son unas colaboradoras estupendas en la producción de abono! Es un win-win clarísimo: ellas se alimentan, se entretienen, y nosotros obtenemos un abono de calidad para nuestro huerto, que a su vez nos dará más restos para las gallinas… ¡El ciclo de la sostenibilidad en acción! ¡Así que a compostar se ha dicho!

8. El Calcio: El mejor suplemento para huevos Perfectos

Este punto es crucial, ¡no se salten este! Las gallinas ponedoras necesitan una cantidad considerable de calcio para formar la cáscara de los huevos. Si no tienen suficiente calcio en su dieta, sus huesos pueden empezar a debilitarse y las cáscaras de los huevos serán finas o incluso inexistentes. ¡Nadie quiere huevos sin cáscara!

Aunque el pienso de calidad ya suele contener calcio, las necesidades varían según la edad de la gallina, la época del año y la intensidad de la puesta. Por eso, es fundamental ofrecerles una fuente de calcio adicional. ¿La opción más común y económica? ¡Las cáscaras de huevo!

Sí, así como lo oyen. No las tiren a la basura. Laven las cáscaras, déjenlas secar bien (pueden hornearlas un poquito a baja temperatura para esterilizarlas y que se rompan mejor) y luego tritúrenlas. No las hagan polvo, un tamaño de trocitos pequeños es ideal. Luego, pónganlas en un recipiente aparte, a disposición de las gallinas.

Ellas, por instinto, irán a picotear las cáscaras cuando necesiten un extra de calcio. Es como si supieran lo que les falta. Y al ser sus propias cáscaras, no les parece extraño. Es una forma de reciclaje perfecta y de asegurar que tienen todo lo que necesitan para poner esos huevos con cáscaras duras y resistentes. ¡Adiós a las cáscaras frágiles!

9. ¡Guerra a los Gorrones! Controla las Plagas.

Este punto no es directamente sobre la comida de las gallinas, pero sí que afecta a su bienestar y a tu bolsillo. ¿A qué me refiero con «gorrones»? A esos visitantes indeseados que vienen a robarle la comida a tus gallinas. Hablamos de ratones, ratas, pájaros silvestres… todos ellos ven el comedero de tus gallinas como un buffet libre.

Y no solo se comen el pienso, que ya es un gasto, sino que también pueden transmitir enfermedades a tus aves. ¡Un problema doble! Por eso, es fundamental tomar medidas para controlar estas plagas.

¿Cómo lo hacemos? Pues hay varias estrategias. Primero, el almacenamiento del pienso es clave. Un contenedor hermético evita que los roedores accedan a la comida. Segundo, la higiene del gallinero. Limpiar regularmente y retirar los restos de comida que caen al suelo reduce el atractivo para las plagas. Tercero, si tienes un problema serio de roedores, considera el uso de trampas (siempre de forma segura y lejos del alcance de las gallinas).

En cuanto a los pájaros silvestres, puede ser más complicado. Una opción es usar comederos automáticos o tolvas que solo se abren cuando las gallinas ponen la cabeza dentro, dificultando el acceso a los pájaros. Otra es ubicar los comederos dentro del gallinero, limitando el acceso a las gallinas. No se trata de eliminar la fauna local, sino de proteger la comida de nuestras gallinas y evitar riesgos para su salud. ¡Mantengamos a los gorrones a raya y el pienso a salvo!

10. Agua fresca y limpia: ¡El nutriente olvidado!

Este punto parece tan obvio que a veces se nos olvida mencionarlo. Pero créeme, es tan importante como la comida, si no más. El agua fresca y limpia es esencial para la salud de tus gallinas y para su producción de huevos.

Una gallina ponedora necesita acceso constante a agua limpia. Si el agua está sucia, estancada o contaminada, las gallinas beberán menos, lo que afectará su digestión, su absorción de nutrientes y, por supuesto, su capacidad para poner huevos. Un huevo es en gran parte agua, así que si no beben suficiente, simplemente no pueden producir.

¿Con qué frecuencia debes cambiar el agua? Idealmente, a diario. O incluso más a menudo si hace calor o si ves que se ensucia rápidamente. Limpia los bebederos regularmente para evitar la acumulación de algas, suciedad y bacterias.

Hay diferentes tipos de bebederos. Los bebederos colgantes evitan que las gallinas caminen por encima del agua y la ensucien. Los bebederos de pezón también son una opción para mantener el agua muy limpia, aunque algunas gallinas tardan un poco en acostumbrarse a ellos.

Sea cual sea el tipo de bebedero que uses, asegúrate de que siempre tenga agua disponible y que sea fácil para las gallinas acceder a él. En invierno, si vives en un clima frío, quizás tengas que tomar medidas para evitar que el agua se congele. Hay calentadores específicos para bebederos que pueden ser muy útiles.

No subestimes el poder del agua fresca. Es un nutriente esencial, barato y que a menudo pasamos por alto. ¡Mantén a tus gallinas hidratadas y verás la diferencia!

“Y así, con estos consejos sencillos, puedes alimentar a tus gallinas sin que pese en tu bolsillo, asegurando que estén saludables y contentas. 🐔💚 Si te gustó este video, no olvides darle like, suscribirte y activar la campanita para no perderte más trucos útiles sobre crianza y cuidado de gallinas. ¡Déjame en los comentarios si tienes algún otro tip o pregunta! Gracias por vernos, ¡hasta la próxima!”

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